sábado, 10 de septiembre de 2011

Menos es más


Llevamos ya una semana instalados en Manhattan, y lo cierto es que ya nos hemos hecho a la City. Mudarse a NYC por una temporada, sin que uno sea Rockefeller precisamente, supone un dispendio económico de agárrate y no te menees. Pero merece la pena el esfuerzo, ya que estoy segura que ésta será una etapa memorable en nuestras vidas. Y al final, ¿qué es lo más importante en una vida? Pues tener el mayor número de momentos felices. Eso, y nada más.

Vivir aquí supone, por un lado, tener una oferta cultural brutal. Si quieres, puedes estar yendo cada día a un centro cultural distinto y no repetir una expo o concierto jamás. Pero por otro supone vivir en un apartamento mucho peor que el propio, no disponer de piscina ni coche, ni de las comodidades que uno, granito a granito ha ido sumando a lo largo de una vida. Algo así como meterse en el túnel del tiempo y volver a la etapa estudiantil, pero casada y con un hijo. Glups, cómo ha sonado eso… mejor lo definiré diciendo que es como volver a la felicidad estudiantil pero con la plenitud del que ha hecho una familia y ha elegido su propio camino. Redondo, vamos.

1 comentario:

  1. Me alegra mucho saber la manera en que tomas esta experiencia, se que va ser increíblemente edificante!! solo se vale aprender, sonreír y amar cada momento de esta maravillosa historia, tu historia.

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