miércoles, 28 de diciembre de 2011

Good bye, America!


Con la casa desmantelada y las maletas preparadas, no me quiero ir sin hacer un mini balance de estos casi 5 meses que hemos pasado por las Américas.

San Francisco, los parques de Yosemite, Sequoia, Gran Cañón, Las Vegas, Miami, México DF, Cali y por supuesto, Nueva York. Nos llevamos un montón de fotos y de recuerdos que quedarán grabados en nuestra memoria para siempre. Es lo que más me gusta de los viajes, te permiten acumular distintas “vidas”. Hacen que, aunque pasen los años, seas consciente de cada día vivido, sin que los recuerdos se conviertan en un borrón alargado en el tiempo.

Lo mejor del viaje, sin duda, ha sido pasar mucho tiempo junto a mis chicos. Parece una tontería, pero no lo es. Aquí no hemos tenido el apoyo de la familia, para lo bueno y para lo malo, ni los respectivos amigos, hobbies, etc, que hacen que en la vida “normal” tu tiempo (y el de tu pareja y el de tu hijo) se vea distribuido entre todos ellos. Aquí, hemos visto crecer a nuestro hijo cada día, lo hemos disfrutado como nunca. Nos hemos consolidado como familia. Así de fuerte. -Para eso no hacía falta que nos viniéramos a Nueva York, ¿verdad? Jajaja… (os podéis ahorrar el pastón, cambiad vuestro número de teléfono, no dejéis ni un día al niño con los abuelos, etc, y habréis logrado lo mismo).-

Además, el gustazo de vivir una temporada en esta ciudad. Disfrutando de sus bondades, conociendo gentes y proyectos nuevos súper interesantes, perdiéndonos cada día por sus calles…. Y sufriendo sus miserias, que las hay y muchas. De ésta parte de la película no se suele hablar tanto. Supongo que porque mola más hablar de lo guay que es la ciudad... Pero creo que también es bueno contarlo, para desmitificar NY. Os recomiendo que leáis las Razones para odiar Nueva York, que escribió el otro día Virginia Mayer. Es un poco heavy, pero dice verdades como puños. Y si hay algo en lo que estoy totalmente de acuerdo, es en que ésta ciudad está llena de pedos atómicos. Es una sociedad que no me gusta nada. Y no me gustaría que mi hijo creciera en ella. Así de fuerte.

Pero hemos sobrevivido a la ciudad. Le hemos sacado todo su jugo. Nos llevamos grandes amigos, incorporados para siempre en la agenda de preferidos. Nos llevamos la satisfacción del trabajo bien hecho y la mente abierta para nuevos proyectos. Y nos vamos contentos de volver al calor de nuestro hogar... mientras miramos los precios de los vuelos para… Japón?

sábado, 17 de diciembre de 2011

Cultura española en Nueva York


He de confesar que cuando llegué a Nueva York no tenía intenciones de ver/apoyar a la cultura española. -Hombre, para una vez que estás fuera, no vas a estar viendo lo de siempre-. Vine con ganas de ver nuevas cosas, nuevas experiencias, etc., etc.

Sin que fuera mi objetivo, y a pesar de que la ciudad te ofrece de TODO, ha resultado que me he visto más involucrada con el tema de lo que me esperaba. Para empezar, porque los eventos que se organizan por parte de las diversas instituciones españolas son muy interesantes, y te permiten escuchar de muy cerca a protagonistas de la cultura española que en otras circunstancias no son tan accesibles. Así, he estado a pocos metros de Buenafuente, Joaquín Sabina, Santiago Segura, etc., etc. Pero también, porque es cierto que estando fuera se crea una red invisible de solidaridad/colaboración para con los tuyos, que hace valorar más estas relaciones, sobre todo en un momento en el que la crisis que asola nuestro país hace que apoyemos más lo nuestro.

Así, he tenido la suerte de colaborar con el Departamento Cultural del Consulado de España en Nueva York, dirigido por Iñigo Ramírez de Haro, haciéndoles consultoría de redes y comunicación 2.0. A pesar de contar con un pequeño equipo humano, el trabajo que llevan a cabo es fundamental para potenciar nuestra cultura en esta ciudad donde sobran las ofertas culturales. Además de organizar grandes eventos culturales, su especial empeño en apoyar a los artistas españoles, les ha llevado a crear, de la mano de la Embajada española en Washington, la SpainRed The Spanish Cultural network in the US que (aunque pienso que todavía es mejorable, sobre todo en el filtro para la inscripción de los profesionales) supone un buen punto de partida para los artistas y otras gentes dedicadas a la cultura que vivan o vayan a instalarse en EEUU. Además, en la web del Consulado, hay un apartado específico para los artistas residentes en Nueva York. De todos es sabido lo difícil que resulta a la mayoría de los artistas salir adelante. Si además, son tan valientes como para desarrollar su actividad en una ciudad como Nueva York, su esfuerzo es todavía mayor. Precisamente, ayer asistí a una obra de teatro de la Asociación AENY- El Puente Spanish Artits in New York, donde 15 artistas españoles (actores, músicos, bailarines…) hacían una performance sobre su vida en Nueva York y donde la conclusión era esa; a pesar de las dificultades, la lejanía, la precariedad en algunos casos, "persistirán". Bravo. Me encantó.

Además, hay otras instituciones españolas cuyo trabajo es muy importante y que debéis conocer si vais a pasar una temporada por estos lares: La Fundación Gabarrón, the Hispanic Society of America Museum & Library, The Queen Sofía Spanish Institute, el Centro Rey Juan Carlos de la Universidad de Nueva York, El Centro Español, y por supuesto, el Instituto Cervantes de Nueva York, donde hemos pasado muchos y buenos ratos, y si no, preguntádselo a Asier, que con sus 3 años me ha dicho esta tarde: - Mira mamá , he dibujado el Cervantes. - ¿Cómo?, - Sí, mira cuánta gente hay…

viernes, 16 de diciembre de 2011

Envidia cochina



La que siento por los artistas a los que les sale el arte por las orejas, aunque no se lo propongan. Qué gozada tener ese don y saber utilizarlo, para el propio disfrute y el de los demás.

El otro día había quedado con Mikel Urmeneta, un tipo genial (y no sólo en el sentido creativo). Como tiene una agenda que para mí la quisiera, me ha sido bastante complicado disfrutar de su compañía y compartir ideas y proyectos. Por eso, llegado el día le envié este mensaje a través de Twitter, utilizando las mismas herramientas que él suele utilizar, la pintura digital. El artista, que además es muy generoso, me correspondió con uno de los suyos.

La comparación es odiosa.

Para que luego digan que no se puede hacer ARTE DIGITAL.

P.D: Gracias Mikel.

martes, 6 de diciembre de 2011

Quiero saber más sobre Activismo Creativo


A raíz de mi post sobre el Simposio sobre intervenciones curatoriales, una amiga que no está familiarizada con la gestión cultural me dijo, “Vale, pero me he quedado sin saber qué es un Curador”. Tenía toda la razón. En ningún momento lo había dicho. A veces pasa que uno tiene interiorizados los conceptos y los da por supuesto. Así que, ante esa llamada de atención, pensé que lo mejor sería que lo explicara la curadora del Simposio sobre intervenciones curatoriales. O sea, la curadora al cuadrado. Y de paso, conocer más su trabajo sobre la relación entre la estética y la política.

Además, se me había quedado clavada la espinita con la expo sobre “OccupyWallSt”, y me quedé con ganas de saber de qué modo se ha regenerado culturalmente el Bronx. Y para aprovechar mis últimos coletazos en la City, he indagado un poco más sobre el tema y he conocido gente muy interesante. Conclusión: tengo concertadas varias entrevistas para que me saquen de dudas.

Como creo que el tema es demasiado interesante y pertinente para los tiempos que corren en España, no me lo quedaré para mí sola. Pronto tendréis más noticias.

lunes, 5 de diciembre de 2011

A Colombia no le ha afectado la crisis


Vivan los colombianos. Viva su alegría, su amabilidad, su sonrisa. Vuelvo encantada de nuestra pequeña estancia en tierras caleñas.

Resulta chocante el contraste entre la alegría que desprende la gente colombiana, con la realidad del país, minada por el narcotráfico, la guerrilla, la corrupción y los 5 millones de desplazados, que se dice pronto. El día que llegamos a Colombia, se supo que las FARC habían matado a cuatro de sus secuestrados históricos. De los 1100 alcaldes del país, 800 están siendo investigados por delitos de corrupción. Lo de los panes y los peces es un chiste al lado de los milagros que aquí suceden; Nos han hablado de un famoso velódromo, que se ha construido cuatro veces. Bueno, en realidad nunca se ha construido, pero se le han asignado cuatro partidas presupuestarias… O los 180.000 niños que fueron capaces de disfrutar de unas becas sin haber llegado nunca a nacer… Por otro lado, está prohibido que dos hombres vayan montados juntos en una moto. La medida no es precisamente para vender motos, sino para dificultar la labor de los sicarios. Y si vas en coche antes de las 5 de la mañana, te dejan saltarte los semáforos en rojo…. para evitar que te quedes demasiado tiempo parado en un sitio poco transitado…

Y así, podríamos ir encadenando más historias truculentas que son el pan suyo de cada día.

Ante semejante panorama, cualquiera podría pensar que los colombianos están deseando largarse de su país. “Tururú”. Así me lo dijo un peluquero que me atendió el otro día. “Nunca se me ha ocurrido irme de mi tierrita linda. Seré pobre pero feliz.” Y para dejarme claro de qué estaba hablando, me contó orgulloso que según el barómetro de la Felicidad, Colombia siempre está entre los primeros puestos. “A pesar de nuestra terrible realidad y de nuestros pésimos dirigentes, somos gente alegre, es propio de nuestra idiosincrasia”. Y le creí.

Como también creí a un profesor de Universidad, ex-juez y gran abogado, que, tras explicarnos que “a Colombia no le ha afectado la crisis, porque siempre ha estado en crisis”, nos dijo muy serio, que para él, a partir de las 8 de la tarde, sólo caben las “tardes caleñas”. O sea, comer, bailar y beber. Sí señor, que no falte la alegría y la fiesta, aunque horas antes haya estado luchando por un caso de derechos de las comunidades indígenas que haría llorar a cualquiera.

Y lo confirmé cuando asistí al Concierto de Navidad, obra de los hijos de los empleados de una de las Universidades de Cali junto a algunos estudiantes. Se me pusieron los pelos de punta cuando tomé asiento y oteé el escenario –madre mía la que me espera, sólo falta que uno haga de oveja y otro de arbusto-. Me preparé para aguantar estoicamente aquel lance, y sin embargo a los 10 minutos estaba dando palmas como una loca, con los ojos como Candy Candy. Pasión, alegría, amor por sus culturas. El pobre presupuesto económico que me había llevado a prejuzgar el concierto, no impidió que éste fuera un espectáculo estupendo. Y disfruté de los cantos y los bailes de las distintas regiones de Colombia, al igual que el resto del público que estaba entregado, porque no nos olvidemos, uno de los elementos fundamentales de la gestión cultural, es el público, y cuando éste está entregado, se genera una energía en el auditorio capaz de elevar cualquier espectáculo a obra maestra. Vaya lección. Me acordé de mi chico, que me invitó hace unas semanas a ver en Nueva York una obra de Fuerza Bruta, que estuvo genial, pero que según él, no tuvo nada que ver con la que él asistió en Bogotá, donde el público, bailando y saltando como loco, hizo que fuera algo inolvidable para él. Para mí, la de Nueva York, estuvo bien, pero ha pasado al archivo general de la memoria. Sin estrellitas.

El otro día en mi post sobre propuestas para la crisis, hablaba de hacer eventos para motivar a la gente, pensando en los millones de gentes que hay por el mundo pasándolas canutas, sin ser plenamente consciente de lo importante que es la actitud. Gracias a los colombianos, me reafirmo en lo dicho. Tenemos que trabajar en la búsqueda de la felicidad. Debemos luchar por generar alegría.

P.D: La foto la tomé en una calle de Cali. Me había fijado en la pintada de la pared, que me pareció brutal. Al levantar la cámara, el hombre que se acercaba sonrió y levantó los brazos en señal de victoria. No se si era consciente de la frase que tenía a su lado, pero me preguntó contento si había salido en la foto. Claro que sí, y muchas gracias.